problemas con derechos de autor en beats de uso libre
¿Te echan para atrás tus canciones cada vez que las subes a Spotify? Puede que esté ocurriendo esto.
A menudo nos encontramos con artistas que descargan instrumentales de uso libre en plataformas como YouTube pero… ¿Cuál es el problema al que nos exponemos?
En este artículo tratamos que está pasando cuando descargamos beats de YouTube con tags como “Uso libre, #FREE o libre de derechos”.
¿es cierto que son libres de uso?
La realidad es que no es al 100% cierto. Es más una forma de atraer a la gente, ya que realmente para usar bases libres de derechos hay que entender algunos conceptos. Vamos al grano.
Cuando utilizamos una música de cualquier productor y la subimos a la red estamos realizando la acción de comercializar nuestra música y, a ojos de YouTube o Spotify sólo se entiende una cosa: “Si generas views en YouTube o escuchas en Spotify, en el fondo estás generando dinero, y ese dinero es de quién tiene derechos de autor y/o de explotación de la obra”.
Ósea, cuando se sube a internet y tu ves esos tags en el fondo están diciendo, puedes utilizarla mientras no la explotes, o lo que viene siendo que: “puedes grabarla, probar como suena en tu casa, guardarla en tu PC, pero si la subes a internet esto es mío al completo si no pagas”.
Por lo que, aunque haya TAGS en sus instrumentales como #USOLIBRE en YouTube los productores/beatmakers siguen siendo propietarios al 100% de la obra y pueden reclamar lo que les corresponde de diferentes formas
1)Exigiendo su beneficio: Como cuando monetizamos sin tener los derechos, dónde YouTube nos manda un mail para bien, o desmonetizar dicho video, o bien seguir monetizando, pero dar lo que generemos a su propietario.
2) Tirando la canciónde la plataforma si no se ha comprado el beat exclusivo o con algún otro formato estilo Premium o Leasing que permita subirlo sin ningún problema.
3) Permitiéndote utilizar el ritmo si se ha realizado la compra, que no es más que el derecho para explotar la obra. Las limitaciones serán diferentes en función del contrato (Exclusivo, Premium o Leasing).
Cabe destacar que el beatmaker, siempre cuando tenga registrado sus beats podrá hacer con ellos lo que quiera si no hay ningún contrato de por medio (Exclusivo, Premium o Leasing), por lo que podría decidir que pasa con esa canción. También puede haber limitaciones para hacer publicidad, para poner en radios.
Otra cosa es que los productores tengan registradas sus obras, que es caso aparte, si subes una canción y no está registrada está exenta de cualquier reclamación y puedes seguir adelante con tu beat gratis (ocurre con mucha frecuencia).
En el caso de Spotify es diferente, ya que sin derechos de autor el artista no podremos subir nuestra música a la plataforma.
Para hacer tu hueco hay que sonar único
En la Polakoteka hemos creado la primera tienda de instrumentales 100% exclusivas sin ningún tipo de limitaciones digitales.
Realmente estamos ante un doble filo, ya que hay muchas ventajas de trabajar con ellos pero estos son los inconvenientes que puede tener un artista si quiere trabajar profesionalmente y vivir de su música. Desde aquí animamos a que todos los artistas utilicen instrumentales de uso libre, pero hasta cierto punto.
Es decir, aprovechar las ventajas que tienen, como es poder hacer canciones con ritmos de todo tipo, grabarlas y saber cómo puede llegar a sonar su música. Pero una vez tocando techo aconsejamos ir subiendo poco a poco. Primero trabajar con MP3s leasings para ir creciendo en Spotify. Más adelante trabajar formato Premium para trabajar por pistas y conseguir mejor sonido y a la vez tener más derechos (suelen aumentar límites de reproducciones) y por último pasar al siguiente nivel, que es trabajar con productores propios o comprar beats exclusivos, así nos aseguramos que no tendremos problemas con los derechos y el caso de que una canción pegue un bombazo, saber que eres propietario de lo que te corresponde.
¿A quien de tus colegas le podría ser útil esta información?
¡Espero que os sirvan estos consejillos Polakotekos! ¡Hasta otra!